miércoles, 8 de septiembre de 2010

¿ HAY ALGUIEN AHI ?



Hace ya tiempo que no escribo NADA. Me he quedado "huerfana". Mi maestra está disgustada conmigo y sin ella no hay estímulo. Y, para colmo, mi querido poeta anónimo es un incomprendido a quien su Baronesa le ha parado los pies. Y no es que yo haya dejado de ser brillante, que lo soy, pero es que así no hay forma. Hecho a faltar cierta tolerancia y compresión hacia la sátira genial. Lo veo todo muy lineal, encorsetado. Incluso en estos ámbitos que debieran de ser libres y democráticos existen los getos y las capillitas. Y mi espíritu universalista no va con estos provincianismos blogeros. Veo que esto acabará en NADA, como empezó. Puede que mi admirada maestra se esté saliendo con la suya. La Historia la juzgará, parece no ser consciente que está ahogando, asfixiando el talento y la creatividad de un genio (genia según la ministra de las mujeres).
Quien lo iba a decir: ¡ Yo tomando ansiolíticos! Y, lo que es peor sin ganas de escribir, bueno eso es lo de menos porque escribir para para mi nunca ha sido un fin, sino una estúpida e ineficaz estrategia.
Me pregunto quién leerá esto. ¿ Hay alguien por ahí? enviamé un saludo. "Lubrica mis alas", que diría alguien.
NADA

domingo, 27 de junio de 2010

EL PASADO DE NADA




Sabe que aunque invisible soy omnipresente y estoy aquí contemplando como el resplandor de las fogatas, que arden junto a la orilla, tiñe de destellos tornasolados su camisa de seda verde y resalta su piel bronceada haciendola cobriza.

-Me alegro de este encuentro.- dice ella ignorando el gesto del camarero que espera para llenar la copa.

-Una noche mágica- responden él con desgana y observando las siluetas oscuras que saltan sobre el fuego.

-Al menos es más romántica que aquella en la te entregué mis veinte primaveras en una suite del hotel Torrequebrada.

-¿Te has vuelto cursi o estás riéndote de mi? Pregunta el poeta a la vez que indica al camarero que se retire.

-Recuerda que aquel día le habías pedido al conserje que, si moría, te llamara. Sonó el teléfono y balbuceaste apesadumbrado “Franco ha muerto”. Yo te tatareé la Internacional mientras apuraba mi copa de champan. A partir de entonces fueron tres años maravillosos: Fuimos de encuentro en encuentro, de cama en cama, de manifestación en manifestación. Yo, corriendo ante los antidisturbios y tú con los tuyos, con Fuerza Nueva.

-Han pasado treinta y dos años y, la verdad, no son esos los recuerdos que guardo de aquel tiempo. Sólo me acuerdo de los momentos íntimos.

-Sigues siendo un romántico... envidio tu frescura. -Responde ella haciendo un brindis para quitar importancia a su siguiente comentario.- Según Enrique estás enamorado de una señora a la que llamas Baronesa.


-Sí. Es algo precioso y nuevo para mí. ¿Sabes? por primera vez no pido nada.

-Eso es impropio de tu temperamento ¿Cómo es posible que te conformes?

-Porque no existo, créeme; tú estás ahí, aún fresca y real; y también está Enrique el marqués, y ella, la Baronesa. Y todos los que nos rodea en esta noche de San Juan; todos sois reales, menos yo, que soy un personaje de ficción imaginado por una escritora.

El poeta se desvanece en su NADA y su viejo amor mira hacia el mar sin sorprenderse. No se ha dado cuenta que, mientras hablaban, él ha pergeñado unos versos con descuido, con desgana. Son para mi, para NADA.

REENCUENTRO

El tiempo no pasa amor,

colgado en el universo permanece inmóvil

y después de los años vuelve a nosotros

para retarnos, para preguntar:


¿Dónde estarán las caricias, los besos y

las contorsiones imposibles que inventamos?

Y los versos ¿Dónde habrán ido los versos?


Yo se que NADA es para siempre y

que los encuentros se repiten.

¡Compruebo que la capacidad de inventar

no se ha perdido, es permanente!

El tiempo no pasa amor,

aquí estamos de nuevo frente a frente.



lunes, 12 de abril de 2010

NADA no es FALTA DE INGENIO








Anoche disfrutamos en la cena que ofreció en su casa el insigne poeta Aranda. Había gente variopinta: El cónsul de la Polinesia, un hombre de espesa barba negra que sólo abrió la boca para picar algo; Olga, amiga entrañable, artista polifacética y amena conversadora, acompañada de su inseparable filósofo. También un trío de argentinas, simpatiquísimas, que amenizaron la velada con sus vehementes comentarios y opiniones en los que, haciendo gala de una dialéctica magistral, mezclaban como si nada, metafísica, gastronomía y sicoanálisis. Y mi poeta. Y yo; de cuya presencia algunos sabían pero la ignoraron.

Dado el éxito de la corrida era inevitable hacer un comentario sobre toros. Cuando llegó ese momento el cónsul continuó estando mudo y las tres argentinas callaron. Aranda dijo:

-El ritual del toreo me embriaga.

-No esperaba menos de ti, mi admirado poeta.- replico él, para luego rematar con una frase lapidaría.-“ A quien no le gusten los toros no puede o no debería ser poeta”.

Todos permanecieron en silencio, como si hubiesen oído una sentencia que acatar. El anfitrión, -que desde los aperitivos no dejó de servirle Jerez- le abrazó satisfecho.

Ya tarde se despidieron todos los invitados, posiblemente para seguir por ahí de copas, menos él, que se quedó conversando con su amigo Aranda sobre proyectos e inquietudes.

- Ya es suerte entablar amistad con una mujer culta y brillante como la Baronesa- Dijo Aranda dando un giro repentino a la conversación y poniendo cierto énfasis al pronunciar el título.

- A estas alturas, no sabría qué decir, créeme.- Respondió él, tratando de eludir el tema.

Llegamos a casa de madrugada. Estaba cansado y borracho. Un estado que le es propicio y natural para inspirarse. Pero no le apetecía, mejor dicho, si le apetecía escribir aunque sobre una de las argentinas pero él desea seguir siendo fiel a la Baronesa. Una tragedia. Así que se retiró a descansar y tuve que ser yo quien dirigiera unas líneas a tan misteriosa y delicada señora. No molesté al cochero, ni al mozo, ni he utilizado el correo electrónico: He dejado la nota aquí, que se yo que ella suele husmear por nuestro lar.

“ Señora Baronesa de los Sueños Imposible.

Dice su amiga la soprano que ha sido a causa de las habladurías de mi poeta por lo que usted ha cerrado las puertas de su casa a cal y canto y ha dejado de compartir experiencias literarias con sus amigos. Miente usted o miente su amiga; seguro; ya que las veces en las que ha visitado su salón ha sido camuflado como Nada, en contadas ocasiones, y para regalarle comentarios laudatorios. Presiento cierta intención de querer desprestigiar a un respetable hacedor de fantasías. Lleva él razón cuando me comenta que en algunos pretendidos círculos intelectuales imperan la vulgaridad,la trivialidad, la nimiedad, el estúpido celo por las cacofonías, y otras tonterías de principiantes; además de una remarcada falta de clase y elegancia.

Le aburren los tediosos inventores e inventoras de historias sin estilo, de historias simplonas disfrazadas de fingida originalidad; redactadas y estructuradas con fórmulas simples, por consabidas. Y él, que sabe sacar punta a todo – menos a un lápiz- cree que otros van a entender su humor satírico e inteligente. Pero se equivoca. Su reino no es de este mundo. Él- como usted- nació para crear y otros para intentar escribir y creer que lo hacen.

Como doy por supuesta su exquisita educación espero que, ya que mi poeta ha sido lo suficientemente caballero al pedir excusas por haberle tirado de las trenzas, usted también aclare la incómoda situación creada por comentarios inexactos.

Suya afectísima.

NADA”

Había notado su presencia a mis espaldas pero quise terminar. -¿Para qué haces eso si sabes tan bien como yo el poder que tiene la mentira?- Preguntó él. Y, por una vez, su voz sonó aguda y límpida.

-Estás equivocado, no miente. Algunas personas se ven involucradas en un juego de sutilizas que, llegado a un punto, las supera. Eso es todo.

-Llevas razón, Nada. Tenemos que entender que ser brillante acarrea una servidumbre. La gente sencilla se conforma con poco y se asusta fácilmente, nosotros no nos damos por satisfechos si no rozamos la genialidad jugando con el retruécano…aunque, a veces, no sepamos colocar una coma o se nos olvide una tilde. Por cierto, querida; creo que ya es el momento de descolgar ese retrato y reponer el Romero de Torres.

miércoles, 31 de marzo de 2010

NADA DE DESECUENTROS





Esta tarde de jueves ha sido la reunión en la cooperativa. Al terminar, ya en la puerta, han hablado. Fue una charla fugaz. Lo presencié y aunque ella presintió que yo estaba no podía verme.

-Por lo que acaba de decir deduzco que se siente usted muy molesta conmigo ¿No es así señora?

-Sí, un poco.

-No veo el motivo – responde distraído, ajeno a la conversación y absorto en sus ojos que refulgen iluminados por la tenue luz de farol del portón.

-Admita que ha dicho cosas sobre mí que no son ciertas- insiste ella. Pero inquieta ante la fijeza con la que la observa, pregunta ¿Qué mira usted?

-Su cara y... sus hermosos ojos - Responde él dándose la vuelta indiferente y altanero.

Después, el cochero nos ha traído a casa. La cocinera acaba de preparar una buena bandeja de “pepitos” con puntita de solomillo, jamón serrano y pimiento frito. Nos están esperando Antoñuelo el de los caballos y “Juan Sin Nombre” un ex banderillero; dos buenos amigos, personas sencillas pero sabias a los que él respeta y que, más que para hablar del trapío de los toros que se han apartado para la corrida, vienen para comer. Él lo sabe pero le encanta hablar con ellos. El domingo de Resurrección se lidian sus toros. Irá de incognito, como siempre, nunca quiere estar en el callejón con los apoderados y los toreros. Se va arriba, a la andanada, para mezclarse con los aficionados y oír sus comentarios y aprender.

Anda preocupado con los preparativos del encierro pero aún así después de despedirse de sus asesores se ha puesto a escribir para disculparse. Está asombrado con la inmediatez de Internet. ¡Ya acaba de recibir respuesta!

Hola.

Le tengo dicho que no todo es talento en el arte de escribir, hay que ser más cuidadoso. Tome nota, por favor, de las correcciones que he tenido que hacer en su escrito:

“Ni soy como intento mostrarme, ni usted, señora mía, es como pretendo hacerla ver que es. La verdad es que es usted paciente, educada y extremadamente amable. Tampoco creo que sea capaz de mentir. Desbordar la imaginación y adornar la realidad con guirnaldas y lazos de colores es proclamar su gran verdad; sin más. Bendito don. Y, en todo caso, si jugara con la mentira… sería una mentira hermosa y plausible. Es decir, con usted no se puede jugar con cartas guardadas en la manga; es usted lista y además, no merece que le hagan trampas.

Le voy a confesar mi pequeña estratagema. Mejor, se la ofreceré en una especie de símil o quizás metáfora, cosas que usted tan bien maneja y conoce.

Cuando jugaba con las niñas en las aceras de mi calle; (aquí no va punto y coma porque la oración es completa, en todo caso “coma”, porque se ha invertido el orden de la frase) le tiraba de las trenzas a la que más me gustaba, que, para mi tormento, siempre era la más guapa y la más vivaracha. La pobre niña no lo merecía. Su única culpa era alegrarme la vista con su hermosura y su mirada de pequeña sultana mora. Pero había momentos en los que no me prestaba ninguna atención. Estaba en sus cosas y sólo me decía: “hola”… o “hasta mañana”.

Entonces yo le tiraba de las trenzas para entablar una absurda discusión que me permitía acapararla un buen rato. También la (laísmo; muy común en Castilla, pero no en Andalucía) decía mentiras a sus amigas sobre ella. Y resultaba. Al otro día venía a buscarme y, con una ingenuidad y una dulzura conmovedora, me preguntaba (poner dos puntos) ¿Por qué haces esto? Mientras me lo preguntaba yo tenía otra oportunidad para asomarme al balcón de la profundidad de su mirada..

(Cacofónico)

No obstante, está muy bien. Sólo que la niña ya sabía de la estrategia y se dejaba tirar de las trenzas para que le creciera el pelo".

Apaga el ordenador y sonríe. Ni yo misma soy capaz de adivinar lo que estará pensando.

NADA

viernes, 19 de marzo de 2010

NADA DE HUMILDAD


Esta tarde han estado todos con él acompañándole en el almuerzo y celebrando su nuevo éxito. Me han ignorado. Quizás no me ven.

Ha caído la tarde y estamos solos pero no me habla ni ha pedido nada de alcohol. A la vez que el viento mueve con involuntaria armonía los visillos de la ventana y una brisa húmeda acaricia su nuca, él bebe agua de la que le traen en garrafa de la finca de la sierra. Si es otra la rechaza. Es buen catador hasta para eso.

No doy crédito a lo que veo. Ha convertido su escritorio en un lugar grosero e impersonal; ha sucumbido a la vulgaridad de la fría tecnología. Ahí está, ante la pantalla panorámica, acariciando el teclado como si de un sutil piano se tratara.

Mirando por encima de su hombro veo como las letras van apareciendo. Esto es lo que escribe:

Es imposible ser autentico en la humildad. Es una cualidad bipolar: Son humildes los que no saben ser o no pueden ser arrogantes. Humildes son los pocos elegidos que se saben superiores y les trae sin cuidado demostrarlo. Hay místicos humildes entregados a la causa de la humanidad. Una entrega poco recompensada si tenemos en cuenta el tremendo esfuerzo vital y la renuncia personal. Es un lujo que sólo algunos pueden permitirse. Así pienso y así soy de egoísta.

Luego estamos la gran mayoría: Unos jugamos a la apariencia de ser humildes; otros, nos estimamos tan poco a nosotros mismos que nos mostramos humildes plegándonos ante la evidencia de nuestra mediocridad. Y como crisol de todo lo dicho, estoy yo; que no me doblego ante nada ni ante nadie. Puro afán de notoriedad. De jovencito mi sueño era tener un escaparate y vivir en él mostrando al mundo mi belleza, mi gracia y mi encanto. Ahora no me importaría exhibirme en uno ellos y presumir de mi aún envidiable aspecto; pero esto sería una pérdida de tiempo y lo necesito para escribir mis geniales ocurrencias.

Hasta hace poco, nada ni nadie ha sido capaz de poder conmigo. Me resisto a ser humilde porque tengo pánico a la vulgaridad y la máscara de la prepotencia me salvaguarda de sucumbir. Y digo hasta hace poco, porque desde que me encontré con la mirada de la Baronesa, tengo que reconocer, muy a mi pesar, que comienzo a tener la humildad de aceptar que sus ojos me subyugan. Aunque, visto bien, eso se arregla mirando para otro lado ¡Faltaría más! "

Mientras la hoja sale de la impresora lentamente él acaricia, con nostalgia, la pluma de pavo real que convirtió en plumier y se siente culpable. “Las cosas ya no son lo mismo, todo cambia” se lo he dicho y lo comprende… pero no lo acepta.

NADA

miércoles, 10 de marzo de 2010

NADA MEJOR ...QUE HACER TABLAS


La respuesta.

Ahí está el sobre, inerte, desafiante. Apoyado en la estatuilla de bronce parece presidir el inminente encuentro entre los dos amigos. Ha llegado hace unas horas por correo ordinario y el remite demuestra su inequívoca procedencia.

Hoy tenemos almuerzo de fuste. Viene don Enrique de los Duraznos, el marqués de la Atunara. Es mucho lo que se juega, nada menos que uno de sus negocios más rentables. Pero está confiado; a la luz de los acontecimientos tiene ganada la apuesta.

Mi poeta se ha vestido informal pero sobrio: chaqueta clásica príncipe de Gales, pantalón beige y un pañuelo de seda color borgoña al cuello. Me ha pedido que adorne la mesa con un buqué de flores silvestres y que ponga los candelabros de plata de las grandes ocasiones. Y la vajilla de Worcestershire. Y la cristalería de Bohemia con el escudo de la casa grabado en oro. La ocasión lo merece. Sin embargo, yo estoy tranquila porque lo veo confiado y más prepotente que nunca.

Brindan. Y don Enrique inicia la conversación.
—Espero que hayas tenido en cuenta los tres requisitos que, según nuestro juego, debe cumplir una candidata, a saber: Que sea casada o tenga amante fijo. Que sea bruja y que no sea una vulgar calienta pollas.
—Poco importa eso para mi propósito pero creo que, al menos, cumple dos de ellos.
El marqués de la Atunara hace un gesto de conformidad y prosigue.
—Tener respuesta no es mal signo...¿Has leído el contenido?
—No. Te ruego que seas tú quien abra el sobre y lo leas con tu hermosa voz modulada.

—De acuerdo — dice, el marqués, abriendo el sobre pausadamente— Ya sabes que si ganas la apuesta tendrás mi negocio de almadraba y si pierdes ...recibiré tú ganadería.
—Así es, Enrique. El sobre que contiene el escrito donde dejé constancia de cual sería la meta a cumplir lo ha tenido en custodia nuestra amiga Nada.
Mientras mi poeta le observa con gesto de complacencia, don Enrique inicia la lectura de la carta:

Marqués de la Bellasombra.
Ciudad.
Estimado, amigo:

Cuando departimos amigablemente es usted todo un señor, por el contrario en sus escritos parece desvaríar. A que vienen esas tonterías, y qué le hace suponer a su gente que soy una cantaora. Están todos ustedes locos, empezando por Nada. Bromas aparte; ya sabes que sólo voy a comentar lo referente a la literatura, y en ese aspecto me parece que eres un genio. Estos escritos de NADA, con las cartas, deberías recopilarlos y con el tiempo convertirlos en un libro. Un libro original, donde la voz del narrador, en este caso la narradora, nos lleva de la mano para mostrarnos la vida y andanzas de su personaje; sus estados de ánimo, sus sentimientos; su manera de ver el mundo. Te dije y repito, que tienes una manera de escribir muy acertada, donde el análisis, la estructura y la forma adquieren unos matices innatos que, no estaría nada mal pulir y controlar de forma consciente.
No sé si te dije que soy una tímida, por eso me muevo como pez en el agua sólo en los terrenos que yo controlo. Los otros, los tuyos, me parecen una gozada porque tengo mucho que aprender, pero si hay mucha gente, me corto. Con respecto a mi actitud en el encuentro de ayer, ya te digo, intento pasar desapercibida o al menos, hasta que vea con qué tipo de
gente me estoy relacionando. Ya dejé de probar la profundidad del río con los dos pies.
Tus cualidades innatas, como los diamantes en bruto, son la genialidad. Pero sigue mis consejos: Un pedazo de diamante puede valer mucho, pero no tiene utilidad si no lo ajustamos a la joya en la que irá engarzado.
Un abrazo y hasta la vista.

La Baronesa de los Sueños Imposibles

Con disimulada satisfacción, el marqués de la Atunara le entrega la carta a mi querido poeta y sentencia en tono comedido: —Está claro que has perdido, amigo mío.
—Yo que tú no estaría tan seguro—.
Replica éste con cierto tono de altanería —Hagamos que Nada abra el sobre lacrado y lea lo que escribí antes de iniciar la apuesta. Si no he alcanzado lo que prometí, entonces si habré perdido.

Confieso que estoy nerviosa. Se juega su ganadería pero, sobre todo, su autoestima y su prestigio de conquistador. Abro el sobre, y con la solemnidad que me inspira el momento, leo:

Prometo que si no cumplo mi meta final cederé a Don Enrique de Durazno y Pérez mi ganadería de reses bravas denominada “Los Jarales” cita en el termino municipal de Tarifa (Cádiz). Mis dos primeros objetivos serán: Conseguir un acercamiento a la señora previamente escogida, hasta que lleguemos a tener amistad y trato personal. Hacer que acepte, con regocijo y agradecimiento, el regalo del título de Baronesa de los Sueños Imposibles. Conseguido esto, la finalidad última será:
Lograr que ella me oriente en el arte de escribir relatos de tal forma que yo sea capaz de obtener notoriedad.

Le entrego el escrito a don Enrique pero éste lo ignora y protesta airadamente.
—¡Tenías que conquistarla!... Ese era el desafío.
—¡No!... tenía que alcanzar la meta que me propuse, la que escribí en la tarjeta que Nada ha estado custodiando.
—Pero se sobreentendía que, como en otras ocasiones, se trataba de una conquista
— Insiste don Enrique en su reclamación.
—¡Y una conquista ha sido! leches. Te parece poco proponerme que me ayudara a escribir bien y haberlo logrado hasta el extremo de ganar tres premios literarios. ¿No te das cuenta que en ese sentido está rendida a mis pies? Pero si dudas de mi buena fe y crees que no he sido leal en este lance, te propongo renovar la apuesta.
Don Enrique arquea las cejas y espera en silencio la propuesta. Su amigo vuelve a sorprenderlo con unos de inesperados desafíos.
—A partir de hoy mi meta no será conquistarla sino lograr que, por si misma, ella me declare su amor.
—De acuerdo. Y...¿qué tiempo nos ponemos esta vez?
—Una eternidad, Enrique, una eternidad, amigo mío. —
Exclama el poeta suspirando.
—Te entiendo. Yo me quedo con mi almadraba y tú con tus toros. Ambos sabemos perder con hidalguía.

NADA

domingo, 7 de marzo de 2010

LA CONFUSIÓN DE NADA




Me lo cuenta todo. Después del desayuno ha estado despachando asuntos con el notario; cuestiones de herencias y testamentos. El almuerzo, en el club, con la marquesa de Torrevista.
No ha cenado en casa. Ha tenido un encuentro literario y luego ha tomado canapés en casa de una amiga extranjera.
Batines tiene para escoger; pero esta noche se inclina por el de siempre, el de seda adamascada color granate. Me ha pedido que le sirva un brandy de Jerez, solera 1880, en copa grande. Y una tableta de chocolate inglés. Sibarita en todo, hasta en la más mínima estupidez.
Sentado frente al tablero de ajedrez abre la caja de cuero repujado en la que conserva la colección de estilográficas, las contempla pausadamente y escoge la Waterman que le regaló el banquero Medel. Esta noche está caprichoso: Incluso ha seleccionado el tipo de gafas de leer optando por el modelo clásico marrón con cordón colgante al cuello. Suspira hondo y escribe:

Señora Baronesa:

Me tienen confundido. Nada, el cochero y todos el personal de servicio tratan de convencerme de que usted no es la Baronesa de los Sueños Imposibles. Antes decían que usted era una cupletista de tronío;”La Cordobesita” ¡Tonterías!
Ahora se empeñan en convencerme de que es usted una experimentada escritora... aunque puede que algo de cierto haya en ello, si no. ¿ A qué ha venido su inesperada presencia en la reunión literaria de esta tarde? Pero aún así me asalta la duda ¿Qué utilidad tiene esa sugerente y sensual fotografía, en la que aparece usted posando en toda su esplendorosa belleza, que no sea la de promover su talento artístico? Nada la ha sacado de no se donde para sustituir el cuadro de Romero Torres ¡Bien hecho! Ella conoce mis preferencias y mis gustos. Sea lo que sea, es indiscutible que en usted hay auténtica madera de artista.

No voy a molestar más ni al cochero ni al mozo: Esta misiva nunca llegará a sus manos, ni ninguna otra. Me duele la indiferencia que muestra usted ante mi sentida poesía. La paradoja está en que siempre y eternamente, le estaré agradecido.
Gracias a usted siento sensaciones que me retrotraen a mi época de adolescencia. Resulta divertido, y excitante a la vez, sentirme azorado ante su presencia. Como diría mi señora madre doña Ana Magdalena Álvarez de Toledo “ hijo, te han dado la vuelta como a un calcetín” Y es verdad ¿Dónde están mi seguridad, mi saber estar y mi don gentes?
Esta tarde ha querido la casualidad que me sentara frente a usted. Estaba inseguro, nervioso, rehuyendo su mirada indiferente y lejana. Pero todas estas circunstancias resultan hermosas; son un regalo a estas alturas de mi vida, una bonita experiencia. Me siento afortunado. No hay frustración, ni desencanto en éste melancólico estado contemplativo.

Ya le dije que nunca me había sentido inclinado a escribir. Comencé a hacerlo como excusa para acercarme a usted. El destino y la firmeza en el propósito, han propiciado que se cumpla mi objetivo: He logrado que nos tratemos. Podemos conversar tal y como yo lo esperaba. Por el momento resultaría temerario pedir más; sería tentar a la suerte y quiero que ella sigua acompañándome como siempre lo ha hecho.

No digo más. En este momento estoy contemplando la perfecta geometría del tablero y me imagino a la hipotética oponente. Ya he movido ficha y he planteado la jugada, ahora le tocaría a usted.
Suyo eternamente.
El marqués de la Bellasombra.

Se ha dormido escuchando “Almoraima” en la guitarra de Paco de Lucia. Sólo le ha robado una hora a la madrugada y ha sido capaz de encontrar la idea, la estructura y la forma. Pura técnica. Recursos. El resto son tonterías de principiante o puede que originalidad e ingenio.
Ha dejado el escrito a la vista, intencionadamente, para que yo lo lea.
Me pregunto quién será esa señora. Quiero conocerla y hablar con ella. Quiero hacerle sólo una pregunta ¿Debo desmontar el tablero y recoger las fichas de una partida que ni siquiera llegó a comenzar o existe la posibilidad de iniciar el juego?
La verdad es que creo que nunca existió mujer capaz de enajenar a poeta tan orgulloso. Para mi tranquilidad y para sosiego de él, sería necesaria una respuesta.

NADA

sábado, 27 de febrero de 2010

LA VERDAD DE NADA


Comencé a escribir hace dos años. Entonces no me daba cuenta de que no sabía describir los ambientes y los escenarios y que, además, carecía de oficio. Tenía mi propio estilo, eso sí, y mucha imaginación. Mi amigo el poeta Francisco Aranda dice que mis relatos se leen sin sentir, que tienen fluidez. Creo que lo escribo tiene el mérito de no ser el fruto de ninguna influencia ni de ninguna escuela. Desconozco el método. Escribo como quiero: sin pretender NADA y sin intentar NADA. Las cacofonías no me importan ni las corrijo. Me interesa la elipsis aunque no tengo claro como se escribe ni lo que es. Pero lo intuyo y es suficiente.He leído en algún blog literario que grandes escritores lo han llegado a ser sin tener estudios superiores ; sin más maestro que su talento. Paradojicamente, esos blogs promueven el negocio de enseñar a escribir.


La creatividad no existe: Todo está creado porque en el Universo sólo hay un Creador. Espero que sea una forma de hablar. Si es así, creo que la escritura puede ser creativa se escriba lo que se escriba. Hay redactores del BOE que son creativos y escritores creativos que son aburridamente vulgares.


No pretendo ser una gran escritora ni creo tener tiempo para llegar a serlo. Pero soy única. Estoy sin contaminar. Hasta la fecha he escrito diez relatos y he obtenido cuatro premios literarios: Dos primeros y dos segundos premios. De mis doce relatos once han sido finalistas. No me gustan las estadisticas pero creo que viene a ser más del noventa por ciento de acierto, o de éxito. O posiblemente es que la flauta suena mi para por casualidad con demasiada frecuencia. Ahora estoy a punto de que una editorial me publique un libro.


Una escritora excepcional me animó cuando leyó mi primer relato y ha estado corrigiendo mis faltas de ortografía (despistes) hasta hace poco. Gracias a ella sigo escribiendo aunque nunca me ha dado un consejo ni ha corregido nada. Agradezco su delicadeza y su respeto. Y espero que si alguien que lea estás líneas pone en duda lo que digo, o se mofa, ella tenga la gallardía de corroborar que no miento. Dice que mis escritos rozan la genialidad. Puede que mienta y que exagere pero me ha dado confianza. Aunque está claro que no la necesito.


A todos los humanos nos pierde la vanidad, a todos; algunos lo disimulan pero se les ve el plumero. Prefiero pregonar a los cuatro vientos lo que opino sobre lo que me está sucediendo que hacer el esfuerzo vano de mostrar falsa humildad.

Me gusta lo que escribo, tanto me gusta que, como Narciso, un día voy a sucumbir sumergida en la lectura de mis ingeniosas ocurrencias.


Hoy me ha dado el punto y estoy expresando lo que a a otras les gustaría decir pero no se atreven porque quieren mostrarse "politicamente correctas" y seguir la corriente a la gente corriente.

Lo bueno de todo esto es que, en verdad, no soy NADA.

domingo, 14 de febrero de 2010

Romanticismo de NADA


Anoche estuvo en la opera. A eventos como éste siempre le gusta ir acompañado por una señora de su clase. Como el tiempo esta tan revuelto quería que ella le llevara, para evitar que se mojaran sus caballos, pero ella se negó obligándole a recogerla en su carruaje. Según me ha dicho el cochero, después de dejarla en su palacete se fue para un tablao flamenco. Llegó a casa despuntado el alba y aunque estaba borracho se puso a rebuscar en el baúl donde guarda los objetos y los libros que se salvaron del incendio. Los sacaba pausadamente: primero el antiguo plumier y el tintero. Después los libros, que huelen a humedad quemada y muestran sus lomos y sus bordes chamuscados y manchados. Tomó el de tapas verdes, el de la antología poética que le editaron y, eructando el sabor agrio del amontillado, hizo un esfuerzo y se puso a escribir:

Hace años, en la plenitud de mis éxitos y viajando hacía no recuerdo donde, se me ocurrió escribir algo sin saber por qué. Al llegar a mi destino una de mis amigas brujas, (las mujeres que no lo son no me atraen) me preguntó al encontrar aquel papel entre el desorden de su alcoba ¿Para quién has escrito esto? Para nadie. –respondí sin darle importancia– Es una tontería, ya sabes que no me gusta escribir, y menos cosas como esa. Ella cogió el papel haciendo el intento de guardárselo en el canal de sus pechos pero se arrepintió. Toma, consérvalo. –me dijo– Esto lo has escrito para el futuro. Cuando pasen los años conocerás a alguien y entonces le encontrarás sentido a esos versos. Relégalo al olvido y sigue con tus viajes. Y así lo hice en la seguridad que había algo mágico en su advertencia. Hoy, ante la certeza de haber conocido a esa persona, me he puesto a rebuscar en el baúl de las cosas olvidadas hasta encontrar aquel poema. La magia, la paciencia y tener amigas brujas dan siempre buenos frutos y es por eso que puedo enviarle a su merced los versos finales:

No has nacido tú para ser agua mansa
que alegre los estanques en las tardes
tranquilas,
Tu destino es alentar fuegos, encender hogueras
y quemarte irremisiblemente en una de ellas.

Ha transcurrido mucho tiempo desde que, de forma involuntaria, escribí estos versos sin saber para quien eran. Fue durante la visita a la exposición en la que su mirada se cruzó con la mía y usted me comentó muy gentilmente algunos aspectos reveladores sobre el impresionismo, cuando descubrí que me encontraba ante la destinataria. Luego vino lo de la velada literaria. Le confieso que fue un encuentro forzado por mi parte, ya que le pedí a mi cochero que siguiera su rastro, pero, al mismo tiempo, muy esperanzador al saber que su marido viaja por Las Indias.

Los breves y discretos encuentros en el salón de té, en los que se interpone entre nosotros la oronda humanidad de su amiga, me dan la oportunidad de cambiar unas frases con usted, y dejar caer alguna que otra galantería inocente. En la última reunión se nos hizo un poco tarde. Es invierno y anochece pronto, así que al salir del salón y acompañarla hasta su carruaje vi, por primera vez, sus ojos iluminados por la luz de la luna. A partir de entonces no me importa si en verdad es usted la mujer de mis versos o si es una simple casualidad, aunque como usted suele decir “la casualidad no existe”. Pero me da igual y, aún sin ser un escritor romántico, me he decidido a escribirle esta carta ya que no me parece digno ni sincero encargar a otro la redacción de una declaración de amor. Así que espero sepa disculpar estas torpes líneas.

Quiere que la carta llegue antes de que aclare el día y le ha pedido al cochero que entregue la carta después de que avive el fuego de la chimenea.
Dile a la señora que espero respuesta. Y también dile a Nada que me prepare una menta poleo.
¿A quien señor? replica éste extrañado. Antes de clavar la cabeza sobre el escritorio y quedarse dormido, le ordena: Olvídalo, y parte ya.

La luz de la mañana inunda el salón cuando el sirviente llega de vuelta.
Ella dice no saber nada del impresionismo, ni de tertulias literarias; y que nunca toma te. Y es verdad, señor, todas las tardes que he ido a entregarle sus recados siempre ha estado comiendo un bocadillo de jamón serrano y un café. Está molesta porque teme que su marido se entere de estos desvaríos; y es que, al parecer, él es hombre muy primitivo que no entiende de juegos galantes y zarandajas como las que usted se trae entre manos, señor. Bien sabe Díos que siento tener que decirle esto pero... es que también tiene un amante que es Registrador de la Propiedad...Ajena.

NADA

miércoles, 10 de febrero de 2010

El SAN VALENTIN de NADA





En un ensueño he mezclado ficción y realidad.
Y ahora ni yo misma se cual es una o la otra
¿Me podrías ayudar?



Se acaba de descalzar discretamente. Su pie desnudo se desliza por debajo de la mesa para alcanzar la punta del zapato. Lo había visto en las películas. Observa el ambiente; la lujosa sencillez de aquel restaurante.
—¡Que detalle! Dice con desenfado a la vez que piensa: “Es único”. Y aunque es mayor que él y parece un pequinés recién salido de la ducha, no desentona. La envuelve un aura radiante y trasmite plenitud y seguridad.

Él alza la copa sonriente, toma un trago y pregunta con hiriente frialdad.
—¿Qué detalle? Ya sé que tu estás en tus mundos etéreos, pero yo vivo de esto ¿Has terminado la novela? El editor me está apremiando.
Sin darse por enterada continua hablando. —No la he terminado; pero ahora sólo me apetece decirte que te admiro y que te lo agradezco...me encantan las cenas con velitas en el día de San Valentín.
—¿Velitas? Él se encoge de hombros; con un gesto escéptico y casi despectivo.
Estirando el pie ella le toca la bragueta con el dedo gordo haciendo gala de una pasmosa e impúdica naturalidad. No hay reacción.
—Este no es el momento. Déjate de juegos, aquello ya pasó, fue bonito y lo pasamos muy bien. Me siento a gusto contigo pero esto es una cena de negocios.
Sonriente, segura de sí misma pero íntimamente defraudada; le responde:
—Por supuesto galán. Ya sabes que me gusta gastarte bromas. Perdona, tengo que ir al tocador.

—¡El muy hijo de puta!- La frase, dicha en voz alta, hace que el espejo se empañe con un círculo opaco formado por el vaho. “Y pensar que se quería suicidar por mí”.
Se arregla el maquillaje, guarda el pintalabios en el bolso y con paso resulto se encamina de nuevo al comedor.


—Pero... ¿Qué haces tú aquí?
— Pues que quieres que haga, esperarte ¿Te pasa algo?
De pie, y mirando a su alrededor pregunta. — ¿Dónde está él?
Con la serenidad que dan los años y la experiencia, el hombre se levanta y la toma por el brazo. — No alces la voz, mujer. — Le ruega en tono quedo y confidencial — Siéntate. Te refieres a tu ídolo ¿verdad? Estás confundida, querida, llevas toda lo noche conmigo.
—¡Pero si él estaba ahí! Suplica ella.
—Sí, pero recuerda que estás con un mago.
—Entonces, ¿ha sido a ti a quien he puesto el pie en la bragueta sin haber notado nada?
—No, mujer.—Responde él sonriente y benévolo—En ese preciso momento sí se trataba del otro. El estrés que produce el fingimiento, unido al narcisismo, provocan cierta inapetencia. Yo no estoy estresado ni nunca me he mirado en los estanques. Disfruta de este momento. Pero antes, acepta un regalo, querida.
Pone una cajita roja sobre el mantel y la desplaza, suavemente, hacia ella. La abre y sale una luminosa pompa de jabón color dorado con una tarjetita dentro.
—¡Es hermoso, con lo que a mí me gustan las pompas de jabón! Nunca dejas de sorprenderme con tus trucos de mago. “Éste si que sabe como tratar a una mujer pero...era tan excitante estar con el otro”. Piensa, mientras se le iluminan los ojos y dos perlas refulgentes caen por sus mejillas. De repente cambia de actitud.
—¡Estoy harta de tu magia y de tu ironía! — le dice explotando, de un manotazo, la pompa de jabón que permanecía suspendida en el aire. La tajetita cae suavemente hasta posarse sobre el mantel. Sin tocarla, ella la lee: “Amor Eterno” y, levantándose airada, se dirige hacia la puerta de salida. Ya en la calle y bajo la marquesina del restaurante, el portero le pregunta circunspecto.

—¿Pido un taxi para la señora?
—No, gracias, prefiero andar. Responde mirando la cajita que lleva en su mano.
La calle es un desierto que se torna en abismo cuando se aleja del haz de luz que irradia el luminoso de neón. Camina por la acera oyendo sus pasos. Sin saber donde dirigirse vuelve la primera esquina que se encuentra. Distingue la silueta de un hombre. Armándose de valor, decide no dar la vuelta y continua su marcha con aire decidido. Antes de que ambos lleguen a cruzarse, el hombre abre su gabardina. Está desnudo.




Sobresaltada y jadeante se despierta y exclama —¡Cariño, por dios! Que pesadilla más horrible he tenido. — Mira a su derecha pero el sitio está vacío.
— “Estará preparándome el desayuno. Me lo traerá a la cama, en una bandeja, con una rosa roja y un trocito de dulce de membrillo” — piensa, secándose con la sábana el sudor frío que empapa todo su cuerpo. Tiene la boca pastosa, con un sabor amargo. La almohada de al lado aún huele a él. Se levanta. — “Parece como si me hubiesen tirado un ropero encima”. Dice con voz cansada. En la cocina bebe agua, mucha agua y se enjuaga la cara en el chorro del grifo del fregadero.
Desnuda y de pie, inspira. Escucha el silencio y comprueba que no hay nadie.
— “Se habrá marchado mientras yo dormía o ¿también esto ha sido un sueño?”

En el salón, sobre la mesa, están la cajita roja y el envoltorio dorado.— ¿También esto fue un sueño? Se pregunta mirando la tarjeta que reposa inmóvil en la mesa.
Las cosas han perdido su encanto, su magia. Pero no está triste ni arrepentida. Sea lo que sea, la verdad es que la humanidad entera puede que también esté sola en este momento.



NADA

viernes, 29 de enero de 2010

UN ESPASMO DE NADA

Hace unos días, me pidió que cubriera la amplia mesa del porche con el mantel de lino que tanto le gusta. Puede que haya cambiado sus ciclos circadianos. La verdad es que lleva algún tiempo sin trasnochar. Ahora se levanta rozando el alba. Y escribe al aire libre, mirando al mar y bebiendo zumo de naranja recién exprimido.

En sus paseos por el parque encontró una pluma de pavo real y, con su habitual destreza manual y de un certero tajo, la ha convertido en pluma de escribir. Mientras arreglo los arriates del jardín observo de reojo, como hace pruebas con tinta y papel hasta conseguir que escriba mientras la luz del amanecer se trasluce a través de su color tornasolado.

Envuelto en su batín y sentado en ese sillón de bambú, está arrebatador. Se pone sus antiguas y diminutas gafas de cerca, se inclina sobre el papel y escribe:


Cuanto me gustaría saber escribir bien, pero bien de verdad. Y sobre todo saber describir, retratar con la palabra. Mejor cantar, como cantan los verdaderos poetas.

Qué impotencia señora mía, no me salen las palabras precisas para expresar ese momento mágico vivido anoche cuando pude ver en sus ojos una belleza indescriptible. Cualquier intento; cualquier metáfora, no estaría a la altura de lo que tuve el lujo de contemplar. Así que no lo hago, porque se que esa sonrisa burlona que ahora le provocan éstas líneas se podría tornar en una carcajada. Pero muy a mi pesar he sentido el impulso de expresarme y dar las gracias por su regalo involuntario".

Me ha pedido que corte algunas flores del jardín, prepare un ramo, y llame al mozo para que el cochero las lleve, junto a la nota, a la casa de la señora Baronesa. Confiado y prepotente ha estado buscando uno de sus antiguos discos de vinilo hasta encontrar la “soleá de Córdoba”. Mientras la escucha, llega el mozo con el ramo de vuelta y un recado verbal: “La señora dice que sólo admite flores de su esposo y que lo de mirarse en sus ojos... es cosa de usted, señor".





NADA

jueves, 21 de enero de 2010

EGOISMO ES MAS QUE NADA


Existe la creencia en el pecado, la culpa, el perdón y la redención. Es fruto del pensamiento judeo cristiano. A ésta creencia se contrapone otra más práctica y más esperanzadora: La idea de una Fuerza Universal, de una Inteligencia Informe que se manifiesta en lo perfecto, en la abundancia y en la plenitud sin esfuerzo. Propone una espiritualidad alegre. Somos una manifestación de lo perfecto y venimos a este mundo de las formas tangibles, para disfrutar del bien, de la abundancia y la felicidad.

La primera es una creencia limitativa; un sentido de culpa que traemos impreso en el subconsciente colectivo y ,seguramente en el ADN, que nos infunde temor y culpabilidad. Y que produce un estado neurobiológico de ansiedad.

La segunda, promulga la idea de hedonismo, de libertad de espíritu y de confianza y seguridad de que nuestros actos y pensamientos están dirgidos hacía el bien. Hacemos lo mejor...a nuestro favor.
La primera tiene que ver con las religiones, con los dioses y con un Díos justiciero. A quienes se les pide y se les implora que nos otorguen lo que creemos necesitar... se basa en la esperanza de que seremos atendidos y escuchados.

Lo segundo proviene de la Sabiduría Perenne y está en el inconsciente colectivo y en los arquetipos: Se basa en la Fe sin límites, en la confianza plena; de tal forma que no hace falta rogar, ni suplicar, sino que reclama -dulcemente y confiado- el derecho a obtener del Universo lo que deseamos, porque lo sabemos justo de poseer por nuestro derecho de conciencia. Es la manifestación de la fe Absoluta como fruto del control de pensamiento positivo.

La persona religiosa ruega esperanzada que la Divinidad le otorgue lo que sea conveniente y si no lo recibe, lo asume como voluntad de lo supremo. La petición se basa en un pacto “si me das esto yo a cambio te hago ofrendas y plegarias”

La persona metafísica tiene Fe absoluta en La Fuente Ilimitada del Universo. No hace pactos, puesto que de antemano sabe que lo pensado es otorgado por el mero hecho de reclamarlo para sí con autentica Fe.
Esta es la Fe como manifestación suprema del amor. Entendiendo como tal el tener la certeza de que estamos aquí para disfrutar de la abundancia ilimitada y de todo bello y perfecto dela creación, en armonía y con plenitud sin esfuerzo. Es el Amor cuya calidad y cantidad son infinitas.

Si queremos medir la calidad / cantidad del Amor Infinito podemos utilizar una escala de intensidad del diez al cero. Observemos las palabras iluminadas del Maestro Jesús, cuando dice “ Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Si la calidad / cantidad de tu amor hacia ti mismo es ínfima (pongamos un dos en la escala) dicho amor a ti mismo sería de muy baja intensidad y por tanto la calidad / cantidad con la cual amas a tu prójimo sería lógicamente de baja intensidad. Por tanto para Amar a tu prójimo con la máxima intensidad, tendrás que amarte a ti mismo con la máxima calidad / cantidad. Visto esto el egoísta es quien expresa mayor intensidad de amor... sólo es necesario que lo quiera proyectar en los demás.

La Fe en ti mismo y en el poder de la Inteligencia Informe es la que te sustenta y te hace lograr tus propósitos. Si vibras en lo máximo de la escala de amor; tu actitud, tus gestos, tu poderosa y magnética presencia son la manifestación del poder de la creatividad y de la intuición, trabajando en tu favor y a favor de la humanidad.
Los espíritus débiles, las llamadas almas atormentadas e inconformistas serian las que viven en el error de esperar casualidades, fruto del destino. Son los que se muestran en el mundo físico como personas inseguras, sensibleras, introvertidas y en constante búsqueda y deseos de adquirir conocimientos...supervivientes que siempre estarán en la cuerda floja.

Las almas maduras, que mediante su fuerza mental y su Fe, ayudan, día a día momento a momento, al milagro de la creación y de la realización son constructoras de futuro. Estos se muestran en el mundo físico como personas armoniosas, dadoras de amor de máxima intensidad calidad / cantidad, seguras de si mismas, y sensibles; pero sabiendo evitar, de forma consciente, el dolor innecesario. Han descubierto que estamos en un valle de lagrimas sino en un Paraíso por explorar. Saben dar gracias en todo momento a la Energía Suprema, infinitamente inteligente, por el regalo de estar vivo... que ya es bastante.