miércoles, 13 de enero de 2010

TITULO NOBILIARIO






Ha vuelto a ser el que era. Ya no me pide té verde y disfruta las noches bebiendo borgoña en su copa de tulipa. Le he comprado un batín nuevo; negro aterciopelado, con el cuello de raso verde oscuro. Su semblante, su gesto irónico, y su actitud prepotente, me han dado la clave de su recuperación.


Ahora no se si duerme o está dando un paseo por el bosque de sus sueños. Hay unas cuartillas sobre el escritorio. Es una nota para mi.

Querida y admirada, NADA:

Gracias por tu regalo, por tu vino, y por tu compañía sin presencia que tan poco aprecio porque de nada vale. He vuelto a reincidir. He vuelto a las andadas, como tú dices. El té verde, por supuesto, ni probarlo, pero lo cierto es que estoy eufórico y he ido a buscarla.

Le he regalado uno de mis más preciados títulos nobiliarios. De la noche a la mañana la he convertido en baronesa de los Sueños Imposibles. En realidad yo ya no lo necesito. Me ha inspirado tanto tu escrito “NADA ES IMPOSIBLE” que lo he visto todo distinto. Qué haría yo sin ti, Nada.

Pero me ronda una leve preocupación, amiga mía. Tratando de ayudarme quizás me has perjudicado. Supongamos que ella también lo lee y se inspira igual que lo he hecho yo. Toda mi estrategia desmoronada por un azar de la vida.

Ella tiene su sueño imposible y tu texto le podría ayudar a tener esperanzas. Terrible situación para mí, amiga mía. Y precisamente ahora, cuando su cochero la ha dicho al mío que está preparando un evento para agasajar a su amor imposible. Has sido inoportuna, Nada.

Ya se que cuando leas esto me reprenderás y me dirás aquello de que he vuelto a tropezar en la misma piedra y que gente como nosotros no debemos echar margaritas a los cerdos. Pero te equivocas, Nada. Se trata de una señora que llevará el título con gran dignidad. Y además, sólo por volver a ver su belleza merecía la pena.

En fin, sólo me cabe esperar que señora tan ocupada no guste de malgastar su tiempo en esta nueva cosa de los blogs. Confío que así sea.

Te iba a decir que te quiero, Nada, pero como no te lo vas a creer no te digo nada.

Está claro que esta noche -brindando al alba- ha escrito esto hasta apurar el vino que quedaba en la botella. Aquí están la copa y la botella, vacías. Y su estilográfica, con la tinta seca porque se le olvidó poner el capuchón. Y la música de la guitarra de Paco de Lucía aún sonando en el viejo tocadiscos.

El ignora que yo lo se todo y que por eso escribí el texto, no para él, sino para ella... a ver si logra su sueño y él se la quita de la cabeza. Por lo que tengo oído, la señora dice que hace “dobletes”. Puede que pertenezca a la farándula: Artista, o cupletista de altos vuelos o algo así. Y además me da que tiene éxito. Él sigue teniendo buen gusto y sabe distinguir.




NADA

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