Existen tantas lagrimas como gotas de agua tiene el océano: La lagrima fácil de los sensibleros; y la otra, la que se “bebe” para que no se vea.
La lagrima cruel del dictador. La lagrima dura de la soberbia; y la otra, la de la emoción que produce el arte y la belleza.
La de los cursis, que lloran mirando al cielo, o a una flor; y la otra, la del padre ante el milagro de la vida. También existen tu lagrima y la mía; y por encima de todas:
La lagrima verdadera. La que brota del corazón del poeta mientras ríe y escribe sin sentido porque sabe que lo que dice no es NADA... siéndolo todo. Esa es la lagrima sin métrica, la que se escapa sin querer. Es una lagrima bonita, cristalina, fascetada como un diamante, que cuando llega a sus labios tiene la mezcla salobre del Estrecho de Gibraltar; de los dos mares.
NADA
Me gusta como has sentido
ResponderEliminarla lágrima del poeta.
A través de la belleza
hallar la felicidad.
Besiños
Si lloras, que sea bonito.
ResponderEliminarTe dejo un poema:
VIDA (José Hierro)
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
Gracias por los comentarios a José Ignacio, Marisa y Mercedes.
ResponderEliminarDespués de tan poco espero que acabe en algo.
La verdad es que está resultado bonito.
MADA
Tengo que reconocer que me gusta esto que has escrito de la lágrima. Buenísimo lo de los cursi...y el resto tambien.
ResponderEliminarNada, no te cambies el nombre. Mada no suena bien.
Un besazo
Hola MARIA JOSE MORENO
ResponderEliminarGracias por tu reconocimiento: Lo estimo por lo que vale. No me he cambiado el nombre, Maria Jose; en el teclado la M está junto a la N; es decir, es un error involuntario.
Una lagrima alegre de N A D A
Tambien existe la lagrima del dolor, del sufrimiento,de la renuncia y del adios.
ResponderEliminarEsas lagrimas que no te puedes beber porque se te escapan sin poderlas controlar.
¿Esas lagrimas no son verdaderas para ti?
Nada de tristezas,NADA, pero al leerte, me he acordado de esas lagrimas y las he querido sumar a las tuyas.
Un beso
HOLA TAG
ResponderEliminarEl día 5 de enero hicieron cuatro meses que la persona que más quise en el mundo dejó de existir. Por eso se muy bien, que hay lagrimas que quieres que se te escapen libremente y que no deseas controlar. Tú pregunta ha sido muy oportuna para volverme a la realidad. Una cosa es la poesía y el juego literario y otra, bien distinta, son los verdaderos sentimientos. Te agradezco y te bendigo por haber sumado a mis lagrimas superfluas las lagrimas del dolor y del adiós. Faltaban; pero no las quise mezclar con la fantasía.
Un beso y un fraternal abrazo.
TODO
Hola Nada,
ResponderEliminarHe entrado a curiosear porque me ha gustado mucho el comentario que le has dejado a Alosia en su blog y me ha encantado lo que he visto.
Un beso.
PARA THOT
ResponderEliminarGracias por tu visita: Vuelve por aquí cuando quieras. Aquí aprenderás a "desaprender".
Un beso de sal marina.
NADA
Hola, Nada:
ResponderEliminarReconozco y me sumergo en la LÁGRIMA VERDADERA,la que tiene sus raices en el alma y brota para regar a ese corazón que se regocija por la dicha,que se revuelve por el dolor y se eleva con el verdadero Amor...
"(...)Una mujer de cabellos blancos, recogidos al desdén en un moño, pega su rostro al cristal que separa la UCI del pasillo de la sexta planta. Un rostro enjuto y poblado de arrugas y sinsabores, con unos ojos que miran sin mirar e incapaces ya de albergar más dolor. Por sus descarnadas mejillas se agrupan millares de lágrimas que, como afluentes de un río, van resbalando hasta morir despeñadas por una puntiaguda y fláccida barbilla. Sobre el cristal aparecen y se borran, una y otra vez, los irregulares circulitos blancos que va dibujando el vaho de su respiración. Su llanto es una sosegada lluvia de otoño que observa, impotente y culpable, cómo su nieta se aferra a la vida a través de un minúsculo hilillo de aire, quizás el mismo que exhala su dolor para acabar estrellándose contra el vidrio.
(Fragmento de: "Una Cenicienta en el siglo XXI" Mar Solana)
Las otras lágrimas no son... nada.
Un abrazo.
PARA MAR SOLANA
ResponderEliminarGracias. Estamos en comunión.
Un fraternal saludo poeta; "peazo" de poeta!
NADA